El mundo se vuelca sobre mis expectativas.
La rutina marea mis esperanzas.
El no hacer se vuelve desolador.
Las circunstancias me atormentan con sus negros augurios.
La ilusión se disfraza de incertidumbre y se esconde tras el manto del silencio.
Necesitamos objetivos, planes, sueños, sobresaltos, errores, sorpresas, agotamiento, dudas, éxitos, opciones, retos, dificultades, barcos sin rumbo fijo, personas que vienen a nuestra vida, personas que se van…
necesitamos vivir para evitar sentirnos, de repente, insignificantes.
Según Ortega y Gasset: "la vida es un que hacer diario”.
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